viernes, marzo 23, 2007

La pyramide humaine

cualquiera que sea el individualismo, el lado solitario, reservado, aristocrático, lujoso, monstruoso de la obra maestra, no por ello es menos social, capaz de sobrecoger al prójimo, de emocionar, de enriquecer espiritual y materialmente una masa.

pues bien, la necesidad de expresarse, de relacionarse con el exterior, desaparece en el hedonista.

él no intenta hacer obras maestras; intenta llegar a ser él mismo, el más desconocido, el más egoísta.

decir, refiriéndose a un fumador en estado continuo de euforia, que se degrada, viene a ser como decir del mármol que ha sido deteriorado por miguel ángel; del lienzo que fué manchado por rafael; del papel, que fué emborronado por shakespeare; del silencio, que fué roto por bach.

nada menos impuro que esta obra maestra: un fumador de opio. nada más natural que la sociedad, que exige el reparto, le condene como una belleza invisible y sin sombra de prostitución.

jean cocteau, opio. 1931.

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